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viernes, 2 de diciembre de 2011

INTELIGENCIA EMOCIONAL (I) EL COMIENZO DEL CAMBIO INTERIOR


“No es inteligente el que sabe hacer muchas cosas, sino el que sabe qué hacer en cada momento”

Hace más de 15 años que Daniel Goleman publicó su libro “Inteligencia Emocional”, y pareció que había descubierto el secreto de esa bebida refrescante, oscura y burbujeante que tanto gusta sola o acompañada (me he propuesto no publicitar marcas en el blog, y por el momento lo cumplo…). Pero lo cierto es que en el primer cuarto del siglo pasado Edward Thorndike ya definió su Inteligencia Social como “la habilidad para comprender y dirigir a los hombres y mujeres, muchachos y muchachas, y actuar sabiamente en las relaciones humanas”.

Aquí no vamos a dar un curso de INTELIGENCIA EMOCIONAL. Os digo más. Olvidad la definición que acabáis de leer y todo lo que creéis saber sobre este tema. Sólo quedaos con 2 términos asociados del anterior párrafo: Comprender y Dirigir.

Y ahora vamos a introducir otra palabra fundamental para la gestión de equipos de trabajo, y por ende para la Dirección de una empresa: MOTIVACIÓN. No os dejéis engañar por la terminología. No estamos hablando de que los trabajadores sonrían más. No olvidemos que nos pagan por dirigir, no por hacer amigos. Esto va de que una persona motivada rinde 3 veces más que una en un estado normal, y mejor (Cantidad y calidad). Y además, sonríe más.

El primer paso para poder motivar a alguien es conocerle, pero para eso, es mucho más necesario conocerte a ti mismo. Sabes todo lo que haces pero, ¿te has parado un instante a pensar por qué lo haces como lo haces? Seguramente no.

Os recomiendo un ejercicio que pongo en práctica diariamente tanto en mi vida profesional como personal. Cuando hay algo negativo que me afecta (me irrita o me entristece), me paro a pensar por qué realmente estoy reaccionando así. No hablo del típico “Yo tengo razón”. Hablo de mirar un poco más en el interior. ¿Por qué me he enfadado tanto? ¿Ha sido una reacción proporcionada al daño? ¿Es un tema delicado para mí? ¿No es la primera vez que me pasa eso y por eso me enoja? ¿Tengo algo pendiente con esa persona que no he aclarado y que me afecta a la relación que tengo con ella? No subestiméis este razonamiento. Esto que os acabo de soltar entre líneas es la CLAVE DEL ÉXITO PERSONAL, en cualquier ámbito de la vida.

¿Por qué? Sencillo. Este tipo de razonamientos te lleva a analizar todo tu comportamiento (repito, profesional y personal), te hace sacar conclusiones sobre tu actitud, te permite conocer mejor tus puntos fuertes y tus punto débiles (oportunidades de mejora, para no herir) y te hace anticiparte a todas tus reacciones. Podrás controlar una negociación porque sabrás cómo vas a reaccionar y cambiarlo sobre la marcha… ¡¡¡¡Y el segundo paso será saber cómo reaccionará el otro y adelantarte!!!!! No puede ser mejor. Beneficios en el trabajo y en casa.

Alguno de vosotros estará pensando que no tiene tiempo para este tipo de tareas, que bastante tiene con seguir leyendo esto y que ya ha trabajado la cabeza durante su experimentada vida. Os daré un dato: la mayor parte de los directivos españoles hemos dedicado el 100% de nuestra formación académica a conocimientos técnicos, y NADA a nuestros conocimientos conductuales. Dicho de otro modo, llevamos toda nuestra vida montándonos un Ferrari por piezas, y no nos hemos molestado en sacarnos el carnet de conducir…