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jueves, 17 de enero de 2013

CUANDO TOCA DESPEDIR

Una persona no puede directamente escoger sus circunstancias, pero sí puede escoger sus pensamientos e indirectamente -y con seguridad- darle forma a sus circunstancias. (James Allen)



Tu empresa ha tomado la drástica decisión de despedir a cierto número de empleados porque el balance de cuentas cae en picado. Vamos a partir de la lamentablemente "nada común" base de que se ha intentado todo antes de este paso: aumentar/disminuir producción, eliminar/innovar productos, medidas de mejora de eficacia y reducción de costes directos/indirectos, etc. y que el único paso que queda al margen del cierre de la empresa es prescindir de algunos.

Voy a restarle importancia al hecho de que seas tú o no el ideólogo, y voy a hablar de TU EMPRESA porque por tu puesto de directivo debes estar en consonancia con la política de la empresa. Personalmente tendrás tú opinión, pero en este caso NO CUENTA.

En primer lugar vamos a centrarnos en que seas tú quien transmita la noticia. Un jefe debe estar preparado para pasar ese mal trago, y en ese momento debes saber qué hacer.

Fundamental: nunca filtres la noticia. Nunca debe enterarse la plantilla antes que el interesado, y nunca debe enterarse por otros medios que no seas tú. Cítalo lo antes posible en un lugar privado y díselo. Hay toda una extensa biblioteca de recomendaciones al respecto: mejor un viernes que un lunes, mejor a última hora que al principio de mañana...  Mi consejo, pensando en el propio trabajador, es decirlo cuanto antes.

Como línea general a seguir, nunca debes ponerte como víctima. El otro está siendo despedido, así que indudablemente sale peor parado, y expresiones como "para mí tampoco es fácil", "están siendo días duros para mí" pueden dañar sensibilidades. Evita darte ningún tipo de protagonismo.

Intenta utilizar toda tu inteligencia emocional para que el trauma sea lo menos dañino para la otra persona. Ten en cuenta que esa persona debe ponerse de nuevo en el mercado, y venderse con toda la seguridad en sí mismo que pueda desarrollar. Por eso, frases como "ha sido un placer trabajar contigo", "eres un buen trabajador", "si no fuera por el momento por el que pasa la empresa"... ayudarán a que el trabajador no sienta que causa baja por su mal rendimiento sino por daños colaterales. Piénsalo. Si realmente tenía mal rendimiento, tú has sido el culpable de esa situación prolongada. (ya hablamos de ello los primeros días de la actitud, en los que decía que si un trabajador no rinde bien, no siempre es culpa suya, y no siempre es definitivo. Hay muchos factores que intervienen en el rendimiento http://www.directivosorg.blogspot.com.es/2011/12/aptitud-versus-actitud.html ). Para reforzar todo esto es aconsejable ofrecer la posibilidad de redactar una carta de recomendación, que pueda facilitarle la búsqueda de un nuevo empleo.

Siguiendo con esa idea y terminando esta parte, de nada vale ya corregir conducta. Puede sonar a autojustificación o reproche  Lo dicho, si había algo que corregir, ya es tarde.

Para concluir, agradece siempre los servicios prestados y ponte a su disposición para resolución de dudas.

¿Y ahora qué? ¿Qué pasa con los que se quedan?

Aun recuerdo como si fuera ayer una frase de mi abuelo inmediatamente después de reventar un neumático durante un viaje por autovía. Yo me empeñaba en intentar saber por qué un neumático relativamente nuevo había fallado. Él, con la calma de costumbre me dijo: "Lo importante ahora no es eso. Lo realmente importante es conseguir que las otras tres ruedas te lleven a un lugar seguro. Ya habrá tiempo para hacer balance..."

Dentro de tu equipo, hay gente con la que ya no podrás contar, y el resto de la plantilla se resiente. Se generan duros niveles de incertidumbre entre los trabajadores que quedan, por lo que pierden la motivación y en muchos casos la esperanza. Creen que en cualquier momento serán ellos, y que "total, así te pagan el esfuerzo..." Esto lleva a mal clima laboral, pésima producción, baja calidad del producto final, etc.

Ahí es donde debes empezar a liderar. Es en esos momentos donde uno agradece tener a su lado a alguien que tire del carro cuando otros bajan los brazos. Tu labor es hacer ver a tus subordinados que en tiempos difíciles es cuando más tenemos que dar de nosotros mismos, y que una mala actitud no sólo no sacará  a la empresa del hoyo, sino que terminará por enterrarla. Y transmitir ese mensaje con un toque positivo no siempre es fácil.

Os voy a poner un fragmento de la película Margin Call. El personaje que interpreta Kevin Spacey reúne a su personal tras las recientes bajas en la empresa. y les da un increíble speech de apenas unos minutos. Siento que esté en inglés pero no lo he encontrado en español. Por si acaso os redacto alguna de las mejores citas:

Estáis aquí por una razón… A la mayoría de esta planta se la ha mandado a casa… para siempre. Hemos pasado la última hora despidiéndonos… Eran buenas personas y hacían bien su trabajo, pero todos vosotros sois mejores. Ahora ya no están. Que no se piense más en ellos. Esta es vuestra oportunidad. […] Sois los supervivientes

Ésa es tu tarea. Transformar situaciones negativas en positivas. No eres responsable del problema pero si de la solución. Eres el líder que debe conseguir resultados a pesar de las dificultades.

Piensa que lo cómodo y fácil en esos casos es salirte de tu puesto de responsable, unirte a ellos y decir que "se debe a una mala gestión", o "que tú no estás de acuerdo pero que así son las cosas..."etc. Esa postura te está desacreditando como jefe y como líder. Repito lo de antes: Tu opinión personal no cuenta para nada. Eres parte de la empresa

Tras tu charla los empleados deben ponerse a trabajar más y con más fuerza. Ésa es la idea. Seguir. Mirar al frente en vez de caminar con la cabeza girada buscando el bordillo que te hizo tropezar. Neruda dijo: Nunca te quejes del ambiente o de los que te rodean, hay quienes en tu mismo ambiente supieron vencer, las circunstancias son buenas o malas según la voluntad.