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viernes, 3 de enero de 2014

GESTIÓN DEL TALENTO

"El TALENTO sin control no sirve de nada"

Hay dos caballos (a priori intangibles) que tiran del carro de tu empresa de manera silenciosa: LA MOTIVACIÓN y EL TALENTO. Sobre la primera ya hemos hablado en alguna otra ocasión, de manera que esta vez nos centraremos en el TALENTO.

La Gestión del Talento es una parte fundamental y totalmente infravalorada en la dirección de una empresa. Cuando creemos que cualquiera puede mandar, todos los éxitos que vengan detrás serán fruto de la casualidad. Porque lo que algunos siguen llamando “mandar”, debe ser liderar, es decir, ilustrar, motivar, proteger, asesorar, y en menor medida, dirigir. Y para gestionar todo eso, debes gestionar el talento de tus empleados.

La palabra de talento significa peso o valor en la balanza, es decir, cuando hablamos de Gestionar el Talento, hablamos de gestionar la valía de cada trabajador. Se podría decir también que el TALENTO es la HABILIDAD de alguien para destacar sobre los demás realizando algo concreto.




Para la Gestión del Talento tenemos que dar cuatro pasos:

1.       IDENTIFICACIÓN: En el proceso de identificación, debemos haber realizado antes un exhaustivo estudio de las necesidades reales de nuestra empresa. Será difícil encontrar algo que no sabemos que buscamos. Para identificar el talento, se puede utilizar cualquier vía al alcance de nuestra mano: entrevistas de trabajo, colaboraciones, trabajos ya realizados dentro de nuestra propia empresa y, por qué no, trabajos realizados en la competencia. A primera vista, puede parecer un trabajo sencillo: buenos trabajos realizados=buen talento. Pero tu verdadero talento como directivo estará en identificar el potencial de cada trabajador, de cada colaborador, de cada competidor, independientemente del trabajo que desempeñe en la actualidad. Me explico:

Puede darse el caso de tener un empleado, realizando un trabajo concreto, con más o menos corrección, pero que por sus características, por su balance aptitud/actitud, POR SU TALENTO, podría dar mucho mayor rendimiento (cantidad y/o calidad) en otro desempeño. Tu trabajo en ese caso  será el de reconducir su carrera, de manera que para un mismo grupo humano, los resultados sean mucho más productivos. Por tanto, queda claro que la identificación de talentos no es labor de los RRHH, sino de quien gestiona esos recursos después día a día.


2.       ORGANIZACIÓN: Es posible que, al incorporar un nuevo TALENTO a tu organización (o uno viejo “RECICLADO”), tengas que realizar algún cambio en la estructura actual. La entidad de esos cambios deberá ser proporcional tanto a la estructura existente como al rendimiento teórico de la nueva incorporación. Es posible que la nueva incorporación sea capaz de adaptarse a la jerarquía actual, y que el resto de sus compañeros no tengan que modificar su operativa diaria. O puede ser que sea necesario realizar cambios en los equipos actualmente formados. O incluso, si el TALENTO de la nueva incorporación genera grandes expectativas en los resultados, puede darse el caso de tener que “jugar para él”. Todo esto depende de cada organización, y dentro de cada organización, de cada Área, por lo que habrá que estudiar cada caso por separado. La meta debe ser: Obtener el máximo beneficio de cada empleado, y que cada empleado se sienta en disposición de dar lo máximo por y para la empresa. O como decíamos el primer día: conseguir Empleados Motivados

3.       FIDELIZACIÓN: Has de pensar que no eres el único observador y que , si has sabido ver una cualidad destacada en un empleado, otros también podrán verla. Y esto incluye a la competencia. Ten en cuenta lo siguiente:

a) Un trabajador muy descontento, busca activamente un nuevo empleo fuera de tu Organización.
b) Un trabajador descontento, no busca activamente un nuevo empleo fuera, pero se mostrará receptivo ante ofertas externas.
c) Un trabajador medianamente motivado, no quiere salir de la empresa, pero puede verse tentado por otras áreas de tu Organización.
d) Un trabajador contento y motivado, se mostrará impermeable ante cualquier oferta. Y éste es el punto ideal.

4.       EVALUACIÓN: Tal y como hablaba en algún post anterior, lo curioso de las personas es que, a diferencia de las herramientas, puede que hoy funcionen, mañana no, y pasado mañana vuelvan a rendir con furor. La energía de cada trabajador es la motivación, cada cual la suya. Hay quien busca reconocimiento. Otros dinero. Hay quien necesita satisfacer su responsabilidad o dar alimento a su orgullo. Y tu trabajo es saber manejar cada una de ellas, para encontrar el equilibrio perfecto. Para ello, debes estar pendiente de lo que sucede, no sólo por encima de ti, sino también y sobre todo por debajo. Debes saber ver con antelación si los cambios obrados son los más adecuados, si hay que realizar reajustes, si las previsiones se cumplen y si cabe oportunidad de mejora.

Por todo esto,  no basta con encontrar un talento y con reorganizar tu área, si luego eres incapaz de retenerlo. Tal y como afirmaba al principio, la gestión del TALENTO es una parte fundamental de la empresa, y no es misión del Departamento de RRHH, sino del responsable de cada Área.